Entre 2005 y 2007 se reportó en los suburbios de Los Ángeles un curioso caso de aves muertas.
Entre las víctimas se contaron unos 90 ampelis que habían muerto al
estrellarse accidentalmente contra ventanas, paredes y rejas. Se determinó que la causa de esos accidentes había sido el estado de embriaguez en el que se encontraban las aves.
Un informe post mortem reveló que las aves habían consumido grandes
cantidades de bayas rojas de unos arbustos llamados pimenteros
brasileños.
Las bayas habían fermentadode forma natural en sus organismos.
Estas frutas conforman alrededor de 84% de la dieta de los ampelis,
pero durante las estaciones frías es casi lo único que comen. Por ello,
terminan embriagados.
Sin embargo, las aves no son los únicos animales que sufren de los efectos de la fermentación natural.
Lo mamíferos usualmente consumen grandes cantidades de frutas,
néctares y savia, los cuales son ricos en azúcar, elemento fundamental
en la fermentación y en la potencial intoxicación.
En otras palabras, si los animales consumen lo que los bosques producen, pueden emborracharse.
¿Forma parte esto también de nuestra evolución?
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